domingo, 1 de enero de 2017

01/01/2017. S&P500. A largo.
Parte I: Balance.

Dada las fechas en las que nos encontramos analizamos algunos de los pronósticos a largo plazo de uno de los índices que seguimos (S&P500).
Recordemos que siempre partimos de la premisa de intentar concretar al máximo posible en los pronósticos lo que nos lleva a “mojarnos” y por lo tanto a asumir un riesgo de error importante si nos comparamos con otros medios de información más convencionales que se limitan a dar vagas orientaciones que siempre pueden maquillar a posteriori. Nuestro propósito lleva implícito la mejora del que escribe en cuanto a estudio de mercado y como consecuencia una mejora en la información. Creemos que hoy en día la información pasada ya no merece esa etiqueta y que la información por venir es realmente el reto (siempre desde el punto de vista de análisis de la cotización de una acción o índice). El sistema que vamos “puliendo” con el transcurso del tiempo y del ensayo-error parte de algunos de los indicadores comúnmente analizados para, de ellos, extraer unas probabilidades de sucesos que no contentos con solo su resultado numérico estrujamos (literalmente) para transformar el sistema de automático a humano saltando e intentado anticipar lo que los grandes sistemas ordenan y acaban provocando el movimiento del mercado.
Después del breve recordatorio (dada la cantidad de entradas que se van acumulando es cada vez podría resultar más difícil seguir la filosofía del blog) pasemos al análisis de uno de los índices más importantes: S&P500

Realizamos una valoración del análisis a largo de principios de este año:

 Con los indicadores a largo, decíamos el veinticinco de diciembre de 2015 que nos encontramos en el proceso de bajada. Una barra del MACD cada vez más pequeña y la señal por encima anticipaban la continuidad de las caídas. Extrapolando el desarrollo “normal” de esos indicadores nos llevaba a unos cuatro meses de caídas para que la señal cortase el cero (valores de 1800) que llevarían al inicio de un periodo bajista del MACD (señal y barra por debajo de cero) que en ese momento era difícil de especular su duración. La previsión probabilística era de caídas fuertes en los próximos meses que si llegasen a caer por debajo de los 1870 serían muy peligrosas. Ajustando cinco meses podrían ser necesarios para ir a esos valores.Observando el corto y el medio decíamos que como mayor éxito sería la lateralidad. Yendo al semanal esos comportamientos anticipaban caídas a los valores de 1873 en 18 semanas (esa exactitud era la propia del sistema automático y la que había que ir ajustando).

 Resultado: cayó en enero y febrero hasta los 1803 (primera semana de febrero) desde los 2104 de cierre del diciembre. Unas 5 semanas de caídas. La caída en la señal-barra del MACD paró en abril. Marzo fue un mes muy alcista que invirtió la tendencia. Julio también contribuyó a las alzas hasta la volatilidad de noviembre para finalizar en los 2236 actuales. Con un balance de un 1,5% en el año.

 Conclusión: el análisis de la posición señal-barra para determinar la tendencia fue muy efectiva pero justo en los dos meses posteriores. La extrapolación a más largo depende de muchos factores que dificultan y cambian el pronóstico con frecuencia. Además, en este ciclo, fue muy importante la aportación del RSI mensual que hizo los mínimos en febrero de este año con un mínimo en octubre pero claramente alcista (no fue suficientemente analizada su contribución). Los estocásticos, por su parte cayeron hasta febrero cruzándose al alza en marzo y a la baja en septiembre; fueron a la zaga del RSI.

No hay comentarios: