martes, 8 de agosto de 2017

Entrada 2. La física. La mecánica cuántica. El análisis técnico. El valor de la acción.

Ideas previas II. Características. Diferencias.
Existe una característica, que en principio, nos puede parecer diferenciadora entre los sistemas físicos y los económicos.
Si tenemos presentes los casos de leyes empíricas, obtenidas a partir de situaciones controladas donde se han extraído unas determinadas conclusiones sobre la evolución de las variables, es obvio que las condiciones que se dan en los mercados no son de la misma tipología que en los sistemas físicos. Reproducir unas condiciones en los mercados es muy difícil o imposible; por el contrario en algunos sistemas físicos podemos manipular las variables de entrada para observar los cambios en los resultados.
Pero la ciencia no solo utiliza un método inductivo, no todos los fenómenos físicos son reproducibles en las misma condiciones de partida, si no que puede partir de una ley que rige un mismo tipo de fenómenos y si los resultados de un experimento no concuerdan con esa ley, ésta se reformula o modifica para englobar el nuevo suceso. Como ejemplo de la metodología: el paso de la física newtoniana a la física relativista (sintetizando podríamos decir que la última englobaría la primera cuando estamos en velocidades próximas a la de la luz). Como ejemplo de campos donde existe parecida dificultad: la astrofísica o la física del aire son lugares donde la repetición del experimento se hace imposible o prácticamente imposible.
Por lo tanto una característica que en principio podría pensarse como diferencial vemos que no es realmente así. Entonces, por lo menos respecto a esta “diferencia”, el método en sí no debe ser un problema para la aplicación a este campo.
Otra diferencia, como decíamos, importante sería la acción del observador sobre el resultado. Estamos en el ámbito de una ciencia social donde toma preponderancia la acción del individuo o del colectivo. En el caso de la evolución del precio de una acción los inversores juegan un papel determinante. Entender el comportamiento de los agentes que intervienen en el valor del precio es un factor clave, a diferencia de la mayoría de fenómenos físicos a los que estamos habituados. Que llueva o no, no dependerá del observador, a menos que uno piense que si no coge el paraguas lloverá.
Un ejemplo de sistema donde el papel del “agente” es relevante es el llamado problema del bar “El Farol”. La gente quiere ir a un bar pero siempre y cuando no haya demasiada aglomeración porque si no ya no es apetecible. Si todos emplean un mismo método para decidir si ir o no a ese bar y la conclusión es entonces la misma: todos van y el bar ya es “no deseable”. Un método que era bueno, a priori, resultado ineficiente (juegos de minoría).

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